En el accidente de Chernóbil del año 1986 en Ucrania fue el peor accidente de una central nuclear del mundo. Las estimaciones de las muertes causadas por este accidente son controversiales y van desde 4.056 a 985.000. Grandes cantidades de contaminación radioactiva fueron dispersadas a través de Europa, y elcesio y el estroncio contaminaron muchos productos agrícolas, el ganado y los suelos. El accidente obligó a evacuar 300.000 personas desde Kiev, convirtiendo un área de territorio en inutilizable por los seres humanos por un período no determinado de tiempo.
A medida de que los materiales radiactivos decaen, ellos liberan partículas que pueden dañar al cuerpo y causar cáncer, particularmente cesio-137 y yodo-131. En el desastre de Chernóbil, las fugas de cesio-137 contaminaron el suelo. Algunas comunidades fueron abandonadas permanentemente. Miles de personas que consumieron leche contaminada con yodo radiactivo desarrollaron cáncer a la tiroides. En el Reino Unido y Noruega, al año 2011, aún permanecen las restricciones para sacrificar ovejas criadas en pastos contaminados por la lluvia radiactiva. Alemania ha prohibido la carne proveniente de la caza silvestre debido a la contaminación provocada por setas radiactivas.
Aunque gracias a las centrales nucleares podemos disfrutar de diversas ventajas en nuestro día a día,éstas no servirán de nada si acaban o dificultan las vidas de otras personas.
A parte de este accidente en Chernóbil,En marzo de 2011 un terremoto y tsunami causaron daños que llevaron a explosiones derretimientos parciales en la Central nuclear Fukushima I en Japón.
Los niveles de radiación en la afectada central nuclear de Fukushima I han variado alcanzando un máximo de 1.000 mSv/h ( milisievert por hora),que es un nivel que puede causar envenenamiento por radiación con una hora de exposición. Significativos escapes de emisiones de partículas radiactivas ocurrieron después de las explosiones de hidrógeno en los tres reactores, cuando técnicos trataron de bombear agua de mar para mantener frías las barras de combustible de uranio, y vaciaron el gas radiactivo desde los reactores para hacer espacio para el agua de mar.
Las preocupaciones acerca de la posibilidad de una fuga de radiación a gran escala resultaron en el establecimiento en una zona de exclusión de 20 km alrededor de la central nuclear y que se les aconsejara a las personas que estaban entre 20–30 km que se mantuvieran al interior de sus casas. Posteriormente, el Reino Unido, Francia y algunos otros países aconsejaron a sus ciudadanos en considerar dejar Tokio, en respuesta a los temores de dispersión de la contaminación nuclear. El New Scientist informó que las emisiones de yodo y cesio radiactivo provenientes de la destruida central nuclear de Fukushima I se han aproximado a los niveles evidentes después del desastre de Chernóbil en el año 1986.
Los niveles de radiación en la afectada central nuclear de Fukushima I han variado alcanzando un máximo de 1.000 mSv/h ( milisievert por hora),que es un nivel que puede causar envenenamiento por radiación con una hora de exposición. Significativos escapes de emisiones de partículas radiactivas ocurrieron después de las explosiones de hidrógeno en los tres reactores, cuando técnicos trataron de bombear agua de mar para mantener frías las barras de combustible de uranio, y vaciaron el gas radiactivo desde los reactores para hacer espacio para el agua de mar.
Las preocupaciones acerca de la posibilidad de una fuga de radiación a gran escala resultaron en el establecimiento en una zona de exclusión de 20 km alrededor de la central nuclear y que se les aconsejara a las personas que estaban entre 20–30 km que se mantuvieran al interior de sus casas. Posteriormente, el Reino Unido, Francia y algunos otros países aconsejaron a sus ciudadanos en considerar dejar Tokio, en respuesta a los temores de dispersión de la contaminación nuclear. El New Scientist informó que las emisiones de yodo y cesio radiactivo provenientes de la destruida central nuclear de Fukushima I se han aproximado a los niveles evidentes después del desastre de Chernóbil en el año 1986.
Mirando desde el punto de vista de una persona empática,cerraría las centrales nucleares y sí,entiendo que sin ellas no serían posible muchas cosas de las que hoy disfrutamos pero es que con la existencia de estas centrales miles de personas viven con dificultades e incluso deformaciones en bebés recién nacidos a causa de vivir en lugares en donde hay una central próxima. Además también estamos destruyendo parte de naturaleza donde podría haber un largo río o distintas especies de animales,árboles y flores que son los que gracias a ellos respiramos,cosa que las centrales nucleares nos impiden.La destrucción o al menos la disminución de estas centrales nucleares es imposible,hasta que nos nos demos cuenta el daño que producen no actuaremos,hasta que estemos al borde de la extinción o hasta que incluso el mismo aire que respiremos nos haga vomitar no vamos a hacer nada para cambiar,y no solo a causa de las centrales nucleares porque también somos nosotros.Hasta que no nos pongan al límite no abriremos los ojos.
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