miércoles, 4 de febrero de 2015

UNA PESADA REALIDAD

Como ya sabemos, en el mundo hay millones y millones de personas, pues bien, en 2014  más de 1900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 600 millones eran obeso. La mayoría de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad se cobran más vidas de personas que la insuficiencia ponderal. Esto son unas cifras de vértigo si nos estamos refiriendo a cifras mundiales y por eso hay que ponerle freno a esta situación.

En apenas una década (de acuerdo con la visualización) México mostró crecimientos en obesidad que a Estados Unidos le tomaron más de 20 años alcanzar. Hoy, ambos países están disputándose el título como la nación más obesa del mundo.
Las razones son muchas, pero entre las que más se mencionan está el cambio en los hábitos alimenticios (incluido el aumento en el consumo de la llamada “comida basura” y en el consumo de colas), producido por un rápido proceso de urbanización y un incremento cada vez más marcado en el sedentarismo de la población.

La obesidad en sí es un gran problema. Pero lo es más a medida que afecta a una mayor cantidad de niños. Es más, la obesidad infantil es considerada como uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. En Estados Unidos, según el Centro para el Control de Enfermedades, el porcentaje de niños de 6 a 11 años con prevalencia de obesidad pasó de 7% en 1980 a 18% en 2010. Y entre los 12 y los 19 años pasó de 5% a 18% en el mismo lapso.

Según la Dra.Isabel(doctora que ha estudiado a fondo el problema):El paciente obeso presenta comúnmente problemas en el área afectiva y cognitiva, como baja autoestima y autoimagen, especialmente en lo referente al propio esquema corporal (representación psíquica consciente e inconsciente del propio cuerpo), observándose una deteriorada imagen de sí mismo y de su cuerpo, bajas expectativas de autoeficacia y logro.
Al paciente obeso se le deben facilitar no sólo herramientas que le permitan un cambio de hábitos alimentarios y de estilo de vida, sino también se le debe proveer de herramientas básicas para lograr un fortalecimiento interno básico, que le ayude a obtener resultados óptimos y también algunos "bastones" que, al igual que cualquier paciente dependiente de sustancias, le otorguen la seguridad y confianza para enfrentar posibles situaciones de "recaída" (ingesta excesiva de alimentos, por ejemplo).
 El primer acto que calma a un niño al nacer es el hecho de alimentarse. Desde allí asociamos comida, amor y calma. El acto de comer está incluido en casi todos los actos emocionales de nuestra vida. Cuando se asocia emoción a comida el individuo tiende a sustituir la emoción negativa con el acto alimenticio. La emoción asociada al acto de comer generalmente es placentera, por lo tanto se puede uno volver adicto a generarse ese estado. Generalmente cuando somos adictos a la comida, en realidad somos adictos a una emoción en específico. Al iniciar una dieta, aparecen los sentimientos negativos o no placenteros. Se asemeja a un acto de desintoxicación.

Estamos ante un gran problema que solo nosotros podemos solucionar. Mi opinión es y lo siento mucho para quien se de por aludido, las personas que por desgracia padecen estas enfermedades pero quieren tener un cuerpo más a su gusto y no son capaces, es porque realmente no quieren. Solo se necesita fuerza de voluntad y constancia, si tú quieres conseguir algo tienes que hacer sacrificios y claro que a todo el mundo le cuesta, pero si estás convencido de que quieres adelgazar y tener un cuerpo sano, solo hace falta un poco de fuerza de voluntad y si no la tienes es porque no deseas tanto lo que quieres.

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